Una ensalada transformadora
Entender lo que supone, lo que significa el Vivir Bien. Tratar de comprender este paradigma originario de las comunidades indígenas u originarias de países de América Latina como Bolivia, Perú y Ecuador para posteriormente, definir sus variables y sus componentes junto con la población. Encontrar qué lugar tiene la salud en todo esto. Porqué como Médicos del Mundo, la salud es la prioridad. Una salud holística, integral. Aquella que se trabaja desde la participación política de las poblaciones, que es intercultural y que se maneja con perspectiva de género. Una salud que está a años luz de únicamente la asistencia sanitaria.
Trabajar en salud en Bolivia es indiscutiblemente trabajar en interculturalidad. En un país con 36 pueblos originarios (indígenas tiene una connotación colonial impuesta) reconocidos por un Estado Plurinacional, no puede ser de otra manera. “Las miradas de la salud”, una investigación que Médicos del Mundo en Bolivia publicó años atrás, ya daba fe de ello. No existe una sola concepción de la salud. Tu condición social, tu generación, tu contexto, tu cultura, tu género, tu edad e incluso tu idioma marcan lo que es para ti salud. Pero si de algo me he dado cuenta este tiempo acá, trabajando en el proyecto sobre el Vivir Bien en el oriente del país (San Javierito, Provincia de San Ignacio de Velasco, Dpto. Santa Cruz), pero también apoyando proyectos de fortalecimiento del sistema público de salud en el occidente (Dpto. La Paz), es que por más distintas que sean nuestras culturas, nuestras identidades o nuestras sociedades, la salud es prioritaria para cualquier ser humano. A pesar de todo lo que quieren hacernos creer que nos distancia, lo que nos une es mucho más fuerte: el anhelo por una vida tranquila, sin preocupaciones. Una vida con salud para nosotras y todas las personas que nos rodean.
El proyecto acerca del Vivir Bien en la comunidad de San Javierito en la Chiquitanía culminó con una acción que debía favorecer a toda la población y respetar los mandamientos de este paradigma. Tras meses y sesiones de trabajo con los 4 grupos focales (mujeres, adolescentes, profesorado y miembros de cabildo), la población decidió apostar por mejorar su alimentación (basada en la yuca, el maíz, el arroz, el plátano y pocas veces la carne), a través de la implementación de una huerta escolar dónde los alumnos de la escuela conrearán no solo yuca como hasta ahora, sino también zanahoria, lechuga, tomate y pimentón. Una acción que solo será posible con la colaboración y el compromiso del profesorado, que deberá capacitarse para enseñar a sus alumnas y alumnos, del alumnado que trabajará en este chaco el resto del año, de las mujeres que aportarán su conocimiento ancestral acerca del cultivo de estas hortalizas (aunque hoy en día se haya perdido) y del Cabildo, que deberá facilitar la realización de esta acción a través del trabajo comunal y la relación con la gobernación municipal. Creo que uno de los mayores logros del proyecto ha sido precisamente eso, lograr involucrar al Gobierno Municipal, que, una vez finalizado el proyecto como Médicos del Mundo, se ha comprometido a usar todos los materiales e instrumentos facilitados para habilitar un sistema de regadío, capacitar a la población para la siembra de estos cultivos, apoyar la acción con un/a nutricionista y hacer un seguimiento del proceso. Sin duda, la que, para mí, debería ser la meta de cualquier proyecto de cooperación: que la población y sus titulares de obligaciones se empoderen y se apropien del proceso. Tan solo queda esperar que la Pachamama apoye también el proceso y en unos años, pueda volver a San Javierito y comer una rica ensalada de zanahoria, lechuga, tomate y pimentón.
Pero esto no es todo. Este mismo proceso participativo entorno al Vivir Bien y la salud se está llevando a cabo en Barcelona (España) por las compañeras de Metges del Món Catalunya con el objetivo de lanzar a finales de año e inicios de 2020, un documental-web y un curso on-line acerca de esta experiencia tan enriquecedora. ¡Sigue sus redes sociales para estar informada/o!
Artículo escrito por Esther Tena, EUAV en Bolivia